Miguel

Era mi compañero de juego y de paseo cuando fuimos niños, por él conocí muchos amigos, entre ellos a Francisco Vásquez Pineda conocido como Chicu Yú'; con quien fui inseparable hasta que entramos en la Secundaria, saliendo de un examen de biología en un medio día me comunicó que dejaba la escuela para irse de embarcado, su tío lo había dejado de planta, en PEMEX y se embarcaría en esa empresa a llevar y traer petróleo en el mundo. Como quién dice ante tal circunstancia me quedé sin amigos y compañerito de andanzas. En una tarde antes de irse, en el parque Benito Juárez Chicu Yú' me presentó a Armando Coronado Jiménez, nos hicimos amigos; con la confianza y la apuración de aprender Álgebra le dije a Coronado, que no entendía al profesor que nos enseñaba Álgebra- era José Pineda López-; y él ¡pronto! Me organizó un curso en su casa, con pizarrón, gis y borrador y todo y a darle como el mole de olla; es así que me asomé al mundo de las matemáticas; le agarré el sabor, supe de sus primeros elementos y hasta hoy estudio de vez en cuando Cálculo Diferencial, derivo alguna función sencilla y obtengo si así lo elijo la inclinación o Tangente en un punto de una curva.
¡La verdad! ¡Que los amigos valen oro! Y hoy aprecio la amistad que me brindan mis amigos; los amigos no hay que discutir con ellos, hay que escucharlos con vivo interés y aprecio. Estuve muchos años en una mesa de Sanborns desayunando con amigos, de quienes aprendí muchísimo. Hice notas, escribí todo lo que pude escribir hasta que alguien me sugirió que comprará una grabadora portátil y grabar todo. Así lo hice ipso facto. Y en mi memoria grabado tengo los gestos, el tono y modulación de la voz de mis amigos, sus anécdotas y comentarios, sus risas. Porque reír con los amigos es una gran dicha de sanación que me cura el alma.
Desde ayer me nació el interés de escribir sobre Miguel, porque hoy es el aniversario de nacimiento de Miguel Hidalgo y Costilla, nuestro padre de la Independencia, que había nacido en 1753 en La Hacienda del Corralejo allá en Guanajuato. Y fue cura en Dolores, y desde ahí tocó la campana de su parroquia en aquella madrugada del 16 de Septiembre de 1810, convocando con un estandarte de la Virgen de Guadalupe en la mano, la liberación de México del yugo español; de la opresión a la que tenían sujetos a nuestros indígenas, quiénes trabajaban en las minas de Zacatecas y del estado de Hidalgo como esclavos extrayendo toneladas de oro y plata para embarcarlos a España. Este Grito de Dolores, se desparramó por todo el país y el Virrey se apresuró a combatir la rebelión, sobresaliendo entre los españoles por su crueldad Félix María Calleja, y a sus filas se incorporaron los ricos cercanos al Virrey para formar el ejército realista y de parte de Hidalgo los criollos e indígenas para formar el ejército de Los Insurgentes; y ésta lucha por la Independencia debía de durar muchos años; pareciera que con la entrada de Iturbide en la Ciudad de México aquel 27 de septiembre de 1821; había terminado la guerra entre Realistas e Insurgentes, por el pacto de Vicente Guerrero con Iturbide, en aquel abrazo que ambos se dieron en Actempan, pues ¡no! La independencia de México llegaría con la Constitución de 1857 con Juárez en la presidencia y como la gran opositora de esta libertad La Iglesia Católica desde Roma. La lucha por la libertad y por nuestra Independencia tiene un largo camino lleno de sudor y de sangre regados en el campo mexicano...
Amigos felices Cumple de mi primo Miguel Saynes, y de las lindas mujeres llamadas Micaela que nos lleva aquella guaracha cubana llamada Micaela y en mi recuerdo guardo las enseñanzas de aquella linda Micaela que me dio el tip de cómo tratar, abrazar y besar con ternura el bello cuello de las mujeres. ¡Felicidades!